lunes, 29 de diciembre de 2008

CORTOCIRCUITO

Se despertó desnuda, tendida sobre una cama desconocida. Pese a no haber nada que decorase las paredes, pese a ser paredes blancas estas trasmitían oscuridad y frío, un frío que veía salir como el vaho de las bocas en los días más duros de invierno. El particular olor mezcla de tabaco, colonia barata, sexo y sudor le golpeaba el cerebro. Ningún sonido producido desde la habitación, solo el sonido amortiguado de la calle, por lo que dedujo que estaba sola, como tantas veces, sola en otra habitación de hotel. Las imágenes de la noche se le aparecían a cada instante. Difusas, veladas a través de una gasa. No distinguía ni rostros ni lugares. No obstante intuía lo sucedido, siempre era igual.

Posiblemente todo empezó con otra discusión con Jorge y después…. cortocircuito. A partir de aquí la reconstrucción se la hacia más fácil. Habría vagado por las calles frías y oscuras del Madrid más canalla. Habría entrado en un local negro y compartido copas y cocaína con personajes a los que, en circunstancias normales, temería. Cuando hubiera encontrado al hombre más cercano al animal se habría acercado a él. Sin rodeos, sin perdida de tiempo, le habría cogido del brazo, le habría sacado a la calle, le habría pedido que la llevase a algún lugar.

A Jorge cada vez se la hacía más difícil salir tras ella, transformarse en animal y alquilar aquel cuarto.

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